Siete años han transcurrido desde que la multinacional estadounidense de productos de limpieza Clorox anunció su salida de la República Bolivariana de Venezuela, dejando a la deriva a cientos de trabajadores y trabajadoras.
Actualmente, la clase obrera de esta empresa -reactivada con el apoyo pleno del Gobierno Bolivariano- se erige como ejemplo de tenacidad y resistencia al mantener la productividad en sus instalaciones.
En septiembre de 2014, el Ejecutivo nacional ordenó la ocupación y sucesiva reactivación de las plantas de Clorox en Venezuela, luego del retiro del país de la multinacional que para entonces consumó un inusitado despido telefónico masivo.
“Hace 7 años los dueños estadounidenses de Clorox abandonaron intempestivamente el país, al personal e instalaciones. Los trabajadores/as tomaron la empresa con el apoyo del Presidente Nicolás Maduro. Nada pudo detenerlos. Hoy es una empresa productiva”, destacó este jueves el ministro del Poder Popular de Industrias y Producción Nacional, Jorge Arreaza, que para el momento de la reactivación de la empresa ejercía funciones como vicepresidente Ejecutivo de la República.
Me enviaron este video. Hace 7 años los dueños estadounidenses de Clorox abandonaron intempestivamente el país, al personal e instalaciones. L@s trabajadores/as tomaron la empresa con el apoyo del Presidente @NicolasMaduro. Nada pudo detenerl@s. Hoy es una empresa productiva pic.twitter.com/15K4J7jEAU
— Jorge Arreaza M (@jaarreaza) September 23, 2021
Despido intempestivo e informal
La madrugada del lunes 22 de septiembre de 2014, los trabajadores de Clorox recibieron un mensaje de texto a través del cual se les invitaba a participar en una llamada telefónica.
“Clorox Venezuela se ha convertido en un negocio inviable. Como resultado de esto nos hemos visto forzados a descontinuar nuestras operaciones. Esto significa que su relación laboral con la empresa se da por terminada de manera inmediata”, anunció Óscar Ledezma, gerente de la empresa en el país.
Hoy la empresa cuenta con 278 trabajadores y trabajadoras que, a pesar de las consecuencias del bloqueo impuesto al país, mantienen la producción en Clorox.